ARANTXA VICEDO
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Una imagen puede tener más fuerza que la afluencia de 1000 palabras
Mucho se está hablando desde el pasado 28M de los pactos que los partidos políticos han llevado o están llevando a cabo en aquellos municipios o comunidades autónomas donde se necesitan alianzas para poder formar gobiernos.
Están siendo semanas de intensas negociaciones, de acuerdos, de hablar del contenido y de sus protagonistas, pero poco del continente, de la escenografía, del mensaje visual que a través de una imagen llega al imaginario de los receptores fruto de un evento público.
La puesta en escena de un pacto de gobierno
La escenografía es una técnica de diseño y decoración de espacios, es un método que combina elementos visuales para conseguir de una forma realista, ideal o simbólica que el lugar donde se desarrolla una acción ‘un evento’ transmita una imagen o una idea, es decir, es la habilidad que refuerza a través de un atrezzo el mensaje que los emisores quieren o pretender dar a sus públicos objetivos.
En el caso de los eventos que han dado a conocer de forma pública los pactos para formar gobierno (no obstante, no todos los acuerdos se han dado a conocer públicamente) en ayuntamientos y comunidades autónomas no hay que dejar nada a la improvisación, el lugar, la iluminación, el vestuario y los colores de la ropa de los protagonistas, el maquillaje, el sonido, sus gestos, el protocolo, la oratoria… Es imprescindible para conseguir el mensaje deseado.
Análisis de las imágenes que los medios de comunicación y las redes sociales de los partidos políticos nos han transmitido.
Es cierto que a lo largo de los años estas entidades de interés público han mejorado la puesta en escena en sus apariciones, han ido evolucionando e innovando conforme a las tendencias comunicativas, siendo la premisa fundamental transmitir a los públicos los valores como la credibilidad, la transparencia y la cercanía.
Lo hemos visto y estamos viendo en los diferentes actos de campaña, escenografías cuidadas, colores corporativos, sencillez, escenarios diáfanos, sin barreras, donde se hace visible el claim… No obstante, a mi parecer, en este último acto que les permite a los candidatos cerrar su objetivo, alcanzar el poder o mantenerse en él, en gran parte de ellos la comunicación escenográfica no se ha trabajado con tanta dedicación.
Ejemplos reales de actos de acuerdos de diferentes municipios de España
En qué espacios y qué elementos
Independientemente del color político, observamos que los espacios al aire libre son la apuesta ganadora, los emisores utilizan acertadamente venues emblemáticos de sus territorios, un método que busca por un lado llegar a la población que no es consumidora de información política y por otro aflorar el sentimiento de pertenencia de los vecinos a su territorio para que la imagen quede guardada en su cerebro.
En otros casos, se utilizan edificios públicos u hoteles, espacios cerrados donde es más complicado que la ciudadanía se haga eco o le llame la atención la imagen publicada.
En cuanto a los elementos, es prácticamente unánime, y si me confundo, por favor ruego me hagas llegar la imagen, todos los acuerdos se han firmado con los candidatos sentados con una mesa presidencial como protagonista, en algunos casos vestida y en otros al natural, un objeto, la mesa que no la hemos visto durante todo el proceso comunicativo de la campaña electoral ya que actualmente está considerada como una barrera entre los emisores y los receptores, prescindir de ella se entiende como el fin a la exaltación de poder y, en consecuencia, un modo de comunicar más cercado y sencillo.
Me parece que una buena fórmula hubiera sido una mesa transparente, o un atril con líneas menos duras donde los protagonistas estuvieran de pie, como este ejemplo en la Comunidad de Madrid para transmitir la cercanía que hacen gala los gobernantes de hoy en día.
En algunos casos se utilizan juegos de banderas para darle institucionalidad al acuerdo, y observamos que se carecen elementos corpóreos que hagan reconocible al receptor del mensaje. En otros actos los firmantes utilizan las carpetas corporativas de los partidos que representan, pero no es suficiente en una sociedad donde diariamente estamos expuestos a más de 6.000 impactos publicitarios.
Como organizadores de eventos y transmisores de los mensajes a través de las imágenes, necesitamos ponerle las cosas fáciles al cerebro de nuestros públicos objetivos para que nuestra imagen del evento destaque sobre otras, llame a la acción y fundamentalmente quede en el imaginario de nuestro target acorde con los objetivos planteados.
Y finalizado con la frase que abría este artículo: “Una imagen puede tener más fuerza que la afluencia de 1.000 palabras”. Con esto quiero decir que la apuesta para esta tipología de actos debe de ser tratada por un equipo multidisciplinar donde los organizadores de eventos somos una pieza clave para potenciar la imagen y la comunicación de los protagonistas, no es una mera comparecencia a medios es el lienzo que da el inicio a un mandato, del que espero se mantengan y mejores las líneas comunicativas realizadas hasta el momento.