PALOMA SEGURADO GASPAR / Periodista y experta en Protocolo
La coronación de los reyes daneses ha reflejado la rica tradición monárquica del país. Sin embargo, desde la conversión a monarquía constitucional en 1849, la proclamación oficial de Federico como nuevo rey de Dinamarca no ha incluido por primera vez ceremonia de coronación ni invitados de otras casas reales. De esta manera, se reafirma la nueva era del reinado danés en el que Federico espera renovar la monarquía tras poner fin a medio siglo del reinado de Margarita II.
Una abdicación inesperada. La reina Margarita II, al momento de anunciar su declaración de abdicación, confirmó la transición de poder a Federico X de Dinamarca. Este domingo 14 de enero, Federico X ha ascendido al trono, marcando un hito histórico tras la inesperada renuncia de su predecesora, quien ostentaba el título de reina con el periodo de regencia más extenso del continente, abarcando 52 años.
A sus 83 años, Margarita II, aun conservando el título y desempeñando funciones de regente interina, anunció en su discurso de Fin de Año del 31 de diciembre, su decisión de renunciar al trono.
«En ciertos países, es una práctica común o, al menos, algo que ocurre, que el jefe de Estado abdique para dejar paso a la siguiente generación”, explicaba la reina ahora ya con carácter honorífico. Argumentó problemas de salud y la necesidad de ceder el paso a la nueva generación como motivos fundamentales para esta determinación. Esto se observa, entre otros lugares, en los Países Bajos, donde cuatro de los seis monarcas desde la instauración de la monarquía en 1813 han abdicado», según se menciona en el documento publicado en la página web oficial de la familia real danesa.
Esta abdicación representa un hecho histórico, convirtiendo a Margarita II en la primera reina danesa en hacerlo en los últimos nueve siglos. Desde la instauración de la monarquía hereditaria en 1660 en Dinamarca, ningún monarca había renunciado, y el último episodio similar ocurrió en 1146, cuando Erico III abandonó el trono para retirarse a un monasterio.
Un país preparado desde primera hora de la mañana. Miles de personas de diversas regiones del país se han trasladado a la capital para presenciar el cambio en el liderazgo monárquico. Esta información ha sido corroborada por el medio danés, Berlingske, que ha compartido la experiencia de la familia real, quienes llegaron cuatro horas antes de que el recién proclamado monarca recibiera formalmente el título.
Alrededor del Castillo de Christiansborg, donde se ha llevado a cabo el Consejo de Estado, varios asistentes han optado por colocarse coronas de cartón. De hecho, algunos han elegido disfrazarse como reyes y reinas, mientras que muchos llevan pequeñas versiones del estandarte nacional. El ambiente es festivo y lleno de emoción al tratarse del comienzo de una nueva era para el país.
Las calles de Copenhague se han visto inundadas de pancartas y banderas, especialmente en los alrededores de las residencias de la familia real. Con puntualidad, tanto Federico, uniformado de oficial naval, como Mary de Dinamarca, luciendo un vestido blanco, han salido junto a su hijo, el príncipe Christian, desde el Palacio de Federico VIII al Castillo de Christiansborg.
Asimismo, la ya reina Margarita II emprendió el mismo recorrido. En un carruaje aparte conocido como el Carruaje de las Bodas de Oro, que data de finales del siglo XIX y contiene asientos de seda y terciopelo, con bordados de oro en los escudos de armas.
Una fecha clave para Margarita II. La elección del 14 de enero para la ascensión al trono de Federico de Dinamarca no es coincidencia. La hermana de la princesa Ana María ha seleccionado deliberadamente esta fecha para formalizar su abdicación debido a la importancia histórica que encierra en la monarquía danesa. El 14 de enero de 1972, la entonces princesa heredera fue proclamada reina desde el balcón del castillo de Christianborg tras el fallecimiento de su padre, Federico IX.
La ceremonia ha seguido una dinámica similar a las últimas cuatro sucesiones que han tenido lugar en el país. Así, tal y como tenía previsto la agenda oficial, se han realizado tres actos fundamentales, que se iniciaron sobre las 14:00 horas. Sin embargo, los actos protocolarios y reglamentarios han tenido lugar en el Palacio de Christiansborg, sede del parlamento, ubicado en el islote de Slotsholmen en Copenhague.
La primera gala ha iniciado con la convocatoria de un Consejo de Estado, reunión entre el Ejecutivo y los monarcas, en la cual Margarita II ha firmado su declaración de abdicación transfiriendo sus responsabilidades a Federico, quien a partir de las 14:15 ha sido oficialmente reconocido como jefe de estado. Tal y como se había previsto, Dinamarca comenzaba a regirse por Federico X, momento en el que, en los alrededores del castillo, los allí presentes se han deshecho en aplausos.
Sin embargo, la ceremonia formal de su proclamación como rey no culminó hasta las 15:00 horas, siendo un evento que se ha llevado a cabo en el emblemático balcón del Castillo, escenario de múltiples momentos significativos a lo largo de la historia de la familia real danesa. En él, «Su majestad Margarita II ha abdicado. Larga vida a su majestad el rey Federico X», ha repetido tres veces la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, encargada de esta parte de la ceremonia.
Después de la proclamación, Federico X dirigió su primer discurso como monarca y expresó su deseo de ser un rey unificador, así como elogió a su madre como «una regente excepcional». Desde el balcón de Christiansborg, acompañado por la reina Mary y sus cuatro hijos, Federico no pudo contener la emoción ante las aclamaciones y vítores de la multitud que llenaba la plaza. En un gesto de agradecimiento, se llevó la mano al corazón y compartió un beso en la boca con su esposa Mary, seguido por un saludo compuesto por 27 salvas desde una fortaleza militar en el puerto de Baterry Sixtus, en Holemn, Copenhague. Posteriormente, se izó la bandera real en Amalienborg y quedó concluido el acto oficial.