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El periodista Ángel Pérez, quien fuera el primer jefe de Protocolo Gobierno de Aragón, falleció el pasado domingo 12 de febrero a los 71 años, después de convivir durante mucho tiempo con un cáncer que padecía. Pérez había trabajado en medios como El Noticiero, el Diario de Barcelona o Aragón Exprés hasta que en el año 1983 accedió al citado puesto en el gobierno aragonés, en donde estuvo 12 años. Fue fundador y director de la extinta Escuela de Protocolo de Aragón y también de la Revista Formas, que fue un importante referente periodístico para el mundo del protocolo y la organización de eventos.
Desde REVISTA PROTOCOLO queremos manifestar nuestro más sentido dolor por la marcha de este compañero y amigo, excelente personas y gran profesional con el que tanto tiempo hemos podido compartir muchas aventuras propias de la profesión. También damos un fuerte abrazo a su mujer, Inma Serrano.
Muy conocido en su tierra, era una persona muy querida en todos los ámbitos profesionales. En el sector periodístico (como en el del protocolo) era especialmente popular. Sus compañeros de los medios de comunicación le conocían de manera especial, casi tanto como sus colegas del mundo del protocolo. Por ello, reproducimos a continuación una crónica especialmente cariñosa y bonita del diario El Heraldo de Aragón publicada el mismo domingo día 12 de febrero a las 23.00 horas y que firma CAMINO IVARS.
CAMINO IVARS
El periodista Ángel Pérez, que fue el primer jefe de protocolo del Gobierno de Aragón, ha fallecido este domingo en Zaragoza a los 71 años de edad después de varios años conviviendo con el cáncer, al que respondía con optimismo, energía y ganas de vivir.
El periodista llevaba años conviviendo con el cáncer, al que siempre tuvo algo que decir. Ángel amaba contar historias. Y en los últimos años compartía con sus amigos y seres queridos la suya.
Ni siquiera pudo con él ni con sus ganas de todo el hecho de que le extirparan parte de la lengua en su primera operación. Como explicaba su mujer, Inma Serrano, durante una entrevista:
«Cuando pasabas unos minutos con él conseguía que te olvidases de lo que le ocurría».
«Tiene magia», señalaba Inma. Como la que hizo al llegar por primera vez al hospital, allá por el año 2017 cuando le dieron su primer diagnóstico. Tras un segundo asalto en febrero de 2019 decidió alegrar la vida de todos los pacientes que pasaban por la sala de quimioterapia del hospital Miguel Servet. ¿Cómo? De nuevo, con sus ganas de vida.
Gracias a su hijo, que un día le regaló calcetines naranjas y rosas con kiwis tras su primera intervención quirúrgica, nacieron sus famosos ‘cancertines’. Unos calcetines de colores que se convirtieron en su buque insignia. «Cuando llegas al hospital lo primero que hacen es quitarte todo y darte una bata con el culo al aire con la que tu dignidad queda a ras de suelo. Pensé que si llevaba algo llamativo la gente se fijaría en otra cosa», explicaba, risueño.
Desde entonces, haciendo alarde de su exquisito sentido del humor y sus ganas de hacer sonreír al mundo, Ángel no dejó de usar estos calcetines de colores, que coleccionaba -tenía decenas de pares-, pues todo aquel que le quería no dudaba en traerle un par, a cada cual más llamativo y original que el anterior, llegados de rincones del mundo entero.
Y así acudía cada día a su cita con el gotero, con sus calcetines de colores. “En mi banda horaria conseguimos hacer un gran grupo, tanto que salíamos llorando, sí; pero de la risa”, reconocía el zaragozano.
Tanto logró hacer feliz a la gente que el equipo del Hospital Miguel Servet decidió en 2019 elegir su historia para concurrir en los Premios Fundación Optimista a la categoría de ‘Historia positiva’. Eso sí, para Ángel, lo del cáncer no era una batalla. Era, sencillamente, lo que le tocaba vivir cada día. No creía ni en héroes ni en heroínas: “Esta visión hace que exista una presión social por ganar una batalla que no existe. Es una enfermedad y quien la sufre no tiene la culpa de nada. Cada uno lo lleva como le sale”.
Tras pasar por medios como ‘El Noticiero’, ‘Aragón Exprés’ o el ‘Diario de Barcelona’, en 1983 se convirtió en el primer jefe de protocolo del Gobierno de Aragón, puesto que mantuvo durante 12 años. Fue el fundador y director de la extinta Escuela de Protocolo de Aragón que abrió sus puertas en los 90 y cerró definitivamente cuando se jubiló en 2011.
Amante de las buenas historias, prosiguió escribiendo en sus redes sociales su sección casi diaria de ‘No somos nadie, blog de un canceroso’. Allí también hablaba de actualidad, de noticias internacionales y, sobre todo, de su familia. Tampoco faltaba su reconocimiento hacia el personal sanitario, tanto de la Sanidad Pública como de la privada.
Hoy son muchas las personas que lloran la muerte de Ángel Pérez. Una persona que, con su forma de ver la vida, ha logrado hacerse un hueco en muchos, muchísimos corazones aragoneses.