REDACCIÓN
Desde el punto de vista del protocolo, ¿qué te ha parecido el comportamiento de Luis Rubiales en el palco nada más terminar la citada final del mundo?
Una falta de respeto absoluta hacia los españoles y hacia el mundo al mostrar un temperamento poco habitual de directivos y responsables de grandes instituciones y organismos como fue su caso.
Siempre desde el punto de vista del protocolo y las buenas maneras que debe tener cualquier persona, ¿cómo crees que se hubiese resuelto esta situación después de haberse producido? ¿Crees que unas sinceras manifestaciones de disculpa hubiesen sido suficientes para evitar este enorme revuelo mediático y social?
Si hubiera mostrado arrepentimiento en el video de disculpas, así como en el discurso en la asamblea, la cuestión de la que estaríamos hablando sin duda sería otra. El revuelo mediático está siendo proporcional a la indignación por su discurso y falta de buenas maneras desde que sucedió este incidente. Lo malo de esto es la politización de una situación que no beneficia al deporte en femenino.
¿Crees que estas conductas deben ser castigadas severamente bien como medidas judiciales u otras de carácter disciplinario?
De carácter disciplinario, el hacer un mal gesto en un palco, por supuesto. Otra cuestión es que la justicia actúe en el caso de la agresión sexual del famoso beso cuando entregaban las medallas.
¿Los responsables de este tipo de eventos tienen la capacidad de evitar estas circunstancias o son situaciones que no se pueden prevenir ni controlar?
El trato con las personas es impredecible y está lleno de imprevistos, siendo éste un claro ejemplo. Es una cuestión personal que un organizador no puede prever. Puede sugerir antes de su comienzo, pero depende de la persona, de su imagen y su reputación.
¿Cuánto han empañado estos hechos la imagen de la Casa Real y del resto de instituciones españolas representadas en el palco?
Considero que a la única que ha empañado es a la RFEF y al deporte femenino. Las demás instituciones han actuado de manera sobresaliente ante esta polémica y no se han visto salpicadas por este tema escandaloso y de mala gestión de comunicación de crisis que si tiene la RFEF.