DAVID DEL AMO CABRERA
Jefe de Protocolo del Ayuntamiento de Alcobendas
El pasado 20 de agosto asistimos a un acontecimiento histórico para el deporte español, especialmente para el fútbol: la victoria en el Mundial Femenino de nuestra selección nacional. Hace escasos años, nadie, o muy pocos, hubiéramos creído que nuestras jugadoras pudiesen alcanzar tal éxito en tan poco tiempo. Y, seguramente, tampoco imaginábamos que la celebración por este logro fuese tan multitudinaria, con miles de españoles saliendo a las calles a vitorear a las campeonas.
Lamentablemente, este hito se ha visto empañado por las reacciones surgidas ante varios gestos fuera de lugar del presidente de la RFEF, tanto en el palco como en la ceremonia de premiación.
Son varias las voces que me han preguntado por la responsabilidad o el papel del organizador de eventos o el responsable de protocolo en esta polémica. Mi respuesta es clara: ninguna. Lo que se está juzgando es una actuación individual del máximo representante del fútbol español, que debería saber que en un palco o en cualquier acto oficial (y hasta privado) esos gestos, realmente vulgares, están fuera de lugar.
¿Cómo hubiera podido un profesional de los eventos frenar la actitud personal y espontánea del presidente? Sinceramente, creo que de ninguna manera. Como también creo que no hay mayor “castigo” que la imagen pública que ha transmitido y que, si ya hubiese resultado ordinaria en un aficionado corriente, lo es mucho más en un representante institucional, que debe tener siempre presente el cargo que ostenta y cuidar la imagen que traslada.
Es posible que sea labor de los profesionales asesorar sobre ciertos aspectos, pero hay unos mínimos de educación que cualquier ciudadano debe tener interiorizados desde muy pequeño.
Observo con preocupación que la mediocridad está accediendo a espacios donde no debería tener cabida, y no sólo en el deporte.
Al contrario que el fútbol femenino, que ha ido conquistando a los españoles a pasos agigantados. Lo que realmente deberíamos ensalzar es que el Mundial, en España, ha contado con una gran cobertura mediática e informativa y con una notable representación de la Casa de Su Majestad el Rey en la gran Final ante Inglaterra. La ceremonia de entrega de trofeos no difirió en casi nada de la que podemos observar en cualquier campeonato masculino. Por tanto, el avance es más que significativo.
Quedémonos con eso. Es lo que ellas se merecen.