NANCY ESPAÑA CES
Navidad y tradición van de la mano, y si hay una institución que pone en valor el significado de los ritos es la Familia Real Británica. Es por ello que cada año, ininterrumpidamente desde 1988, el 25 de diciembre los miembros de la Casa Real asisten a un servicio religioso en la Iglesia de Santa María Magdalena, en Sandringham, ubicada a solo unos metros de la residencia en la que pasan sus vacaciones navideñas.
Este acto se presenta como una ocasión excelente para todos los curiosos por la actividad de The Firm, ya que aúna a gran parte de la familia del rey –tanto senior royals, como familiares más lejanos– en una única jornada.
Además, el formato del evento garantiza una cercanía como ninguna otra respecto a las celebraciones recurrentes de la institución y, debido a que el servicio religioso se retransmite por altavoces, resulta inclusivo para todos los asistentes.
Se trata de un encuentro con un gran impacto mediático, pero de carácter familiar. Es por ello que, respetando su aspecto protocolario, el rey y la reina encabezan la comitiva; pero en este año, a los príncipes de Gales y a sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louise, los acompañaba Mia Tindall, haciendo un guiño a la naturaleza distendida del evento.
Experiencia personal de una Navidad en Sandringham
Como toda aparición pública de la Familia Real, el servicio religioso contó con un gran despliegue de personal de seguridad y de coordinación que garantizaron que la participación de los ciudadanos asistentes fuese impecable. Comenzando el servicio religioso a las once de la mañana, fue suficiente guardar cola alrededor de una hora y media para lograr un buen punto de visión. Una vez dentro del perímetro de la Iglesia, se nos hizo entrega de un libreto para poder seguir los emocionantes cánticos. En dirección a la iglesia los miembros de la Familia Real no se detuvieron a saludar a los ciudadanos, pero sí lo hicieron a su salida, siendo llamativo cómo con gran naturalidad se distribuyeron para garantizar que todos los allí congregados pudiesen saludar a algún miembro de la Familia.
En nuestro caso tuvimos el honor de intercambiar algunas palabras con el príncipe Andrés, quien con gran afecto compartió algunos trucos domésticos para combatir el frío. También se acercó Sarah Ferguson, quien hizo gala de sus conocimientos de español. Precisamente, la asistencia de la exmujer del príncipe Andrés al servicio acaparó numerosas portadas de la prensa británica, puesto que era la primera vez que acudía a la Iglesia de Santa María Magdalena el día de Navidad en treinta años.
Muchos tabloides interpretaron su reaparición como una invitación del rey al perdón y a la paz. Esta apelación se vería reforzada con el tradicional discurso navideño del monarca, en el que hizo un especial llamamiento a la unidad, la compasión y la convivencia para preservar la paz en este año que comienza.