NURIA PRIETO REAL
Experta en Comunicación Corporativa, PR y Eventos
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De la mano de RTVE, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Benidorm, ha renacido al famoso Festival de Benidorm (62 años después de su estreno y 15 desde su desaparición) para elegir al representante español en Eurovisión. Un formato que tenía muchos ingredientes para triunfar, pero que se ha visto ensombrecido por el resultado final. ¿Qué nos deja este festival desde el punto de vista de la Comunicación? Vamos a ello.
Aspectos positivos
Si hay algo que no se le puede negar al Benidorm Fest son sus datos de alcance y visibilidad. Con una gran cobertura tanto en medios de comunicación como en redes sociales, ha despertado interés más allá de los eurofans y ha provocado que políticos, artistas o deportistas se manifiesten mostrando sus preferencias. Incluso marcas como Pescanova, Taco Bell o Estrella Galicia participaron de forma orgánica de la conversación en Twitter lejos de cualquier formalismo. La gran final generó 679.000 tuits únicos y #BenidormFest fue TT en España durante diez horas y número 1 mundial durante tres.
Pero la que brilló fue TikTok. Para los que nos dedicamos a la Comunicación, salta a la vista que el Benidorm Fest y TikTok hacen un match perfecto, y RTVE también lo vio claro centrando gran parte de su estrategia de Social Media en esta red. Contó con Lucía Ferrero y Miry G como principales creadoras de contenidos y con la famosa tiktoker @blondiemuser como presentadora del directo de la gala final en TikTok Live, superando el millón de likes y cerca de medio millón de reproducciones en directo. #BenidormFest cuenta hasta ahora con 81,7M de visualizaciones.
Este éxito trascendió de las redes y tuvo también su reflejo en televisión. Casi 3 millones de espectadores, un 21% de share, vieron la final. En su minuto de oro registró 3.499.000 espectadores (27,7%).
Un triunfo sobre todo para la música que hacía mucho tiempo que no se colaba en el prime time de la cadena. Y si además le sumamos las cifras de Spotify, tenemos que cinco de las canciones del festival están entre las 10 más virales de la plataforma. ‘Ay, mamá’, de Rigoberta Bandini, se ha convertido en la tercera mujer en superar el medio millón de reproducciones en un solo día.
Y en un evento de estas características, garantizar la cobertura mediática es fundamental. Para ello, fue una buena estrategia de PR organizar el viaje de los periodistas de los medios de referencia cubriendo así sus necesidades informativas.
Otro acierto, en mi opinión, es su imagen gráfica. Una paleta dinámica, brillante y actual con gran variedad de colores que reflejan el espíritu inclusivo del festival y la diversidad de los artistas, estilos y propuestas presentados. Además, su versatilidad permite adaptarla a los diferentes formatos y canales de Comunicación.
Aspectos negativos
Al margen del impacto económico que ha supuesto el festival para Benidorm, y quizás por la pandemia, he echado de menos que el espíritu del Benidorm Fest inundara la ciudad. Que el Plan de Comunicación contemplara también acciones en la calle donde los vecinos se sintieran implicados al margen de las semifinales y de la gran final. Esto amplifica su alcance y puede convertirlo en un evento memorable.
Y fue en esta gran final donde empezaron los problemas, en concreto durante el televoto. Con 1.000 sms por segundo se colapsaron las líneas. La organización reconoció al finalizar la gala que tuvieron que alargar el tiempo previsto para que el público votara. Aun así, hubo usuarios que manifestaron que no pudieron hacerlo. Para cualquier evento es necesario elaborar previamente un Plan de Contingencias. Puede haber quién diga que esto no se podía prever… que no se esperaba este nivel de participación… pero la buena acogida de las semifinales debería haber puesto en alerta a la organización para haber tomado medidas previamente.
Poco después, tras proclamarse ganadora Chanel frente a Bandini y Tanxugueiras, que fueron las que tuvieron mayor apoyo popular, el hashtag #TongoFest inundó las redes la madrugada del sábado y el domingo con duras críticas al jurado profesional. Pero la polémica no solo se quedó ahí, sino que diferentes usuarios denunciaron que entre el jurado se encontraba una antigua compañera de la ganadora y que la canción incumple dos de las bases del festival: superar el número de palabras permitidas en otra lengua y mencionar a una marca publicitaria.
Esta polémica se ha colado hasta en la política, donde ayer se presentaron varias iniciativas en el Congreso para exigir explicaciones a RTVE (aunque ya está bien de politizarlo todo). Además, a las críticas de los espectadores se han unido también las de voces reconocidas como la periodista de TVE, Paloma del Río; la atleta, Ana Peleteiro o el cantante, Iván Ferreiro; los cuales, en una situación de crisis como esta, la dinamizan aún más.
Por todo ello, RTVE se vio obligada a emitir el siguiente comunicado. Y de la gestión de esta crisis podemos extraer varias conclusiones:
- Se actuó con rapidez, pero con poca transparencia. El comunicado es ambiguo y no ofrece una respuesta contundente ante las dudas de posibles irregularidades. Tampoco en él se asume ningún tipo de responsabilidad ni se ofrece una disculpa. Además, la solución que se brinda es a futuro, invitando a los usuarios a participar en un diálogo para mejorar todo el proceso del Benidorm Fest de cara a próximas ediciones ¿Es ésta una forma velada de reconocer que el sistema de votación no fue el más adecuado? De nuevo, ambigüedad.
- Este comunicado no fue publicado en las cuentas oficiales del festival en las redes sociales, una práctica que debe llevarse a cabo cuando la crisis tiene su origen en éstas.
- Màxim Huerta, uno de los presentadores de la gala, defendió el sistema de votación y afirmó que también es peligroso otorgar todo el poder al voto popular. «Cuando dejamos todo en manos del público, enviamos a Rodolfo Chikilicuatre». En la Comunicación de Crisis es imprescindible definir adecuadamente los mensajes clave de los posibles portavoces para no avivar más el fuego.
- No recurrir a posibles influencers aliados para generar confianza, apoyar el relato oficial e intentar minimizar el impacto.
En fin. Un cúmulo de despropósitos que han empañado una apuesta atrevida y moderna con propuestas diferentes, inclusivas y de diversos estilos para poner de nuevo la música en el foco de la televisión pública. Y quizás una oportunidad perdida para que el evento adquiriera identidad propia y para reconquistar a ese público joven cuyo medio de referencia no es la televisión. El #BenidormFest no merecía este regustillo final, pero me quedó con mejor sabor de boca por el triunfo de la música y del empoderamiento femenino.