MARÍA JOSÉ FLUJAS LEAL
Delegada de Andalucía de la Asociación Española de Protocolo
Finalizados los Juegos Paralímpicos podemos, como españoles, sentirnos muy orgullosas/os por los premios que han conquistado nuestras/os deportistas. Los Juegos Paralímpicos de París nos han dejado imágenes impactantes y nos han mostrado unos ejemplos de superación increíbles.
Pero, al margen de este reconocimiento al mérito, ciñéndonos a los aspectos que conciernen a nuestro ámbito, quisiéramos compartir algunos detalles porque este escaparate que han sido las retransmisiones deportivas nos puede servir para fijarnos en algunos detalles a la hora de organizar eventos o competiciones en los que participen personas con discapacidad:
-Respaldo institucional. A veces, algunas autoridades, personas relevantes o famosas, apoyan con su presencia determinadas competiciones. Esto no suele suceder en los partidos o campeonatos de personas con discapacidad. Sin embargo, desde las principales instituciones nacionales, léase la Casa Real con la reina Letizia o la infanta Elena, el Gobierno de España con la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes o, por ejemplo, la Junta de Andalucía con su consejera de Cultura y Deporte, sí se ha querido manifestar este respaldo con la presencia de sus máximos representantes. Sólo faltaría seguir avanzando en el reflejo que estas competiciones tienen a nivel informativo.
-Valor de los premios. Por primera vez, en esta competición los deportistas han recibido los mismos premios, tanto en formato como en valor, que los compañeros deportistas olímpicos. Sin duda, esto es un gran logro y un reconocimiento al mérito deportivo. Es un criterio que debería aplicarse a cualquier tipo de competición que se desarrolle en adelante.
-Lenguaje inclusivo. El reflejo de lo acontecido en París durante las últimas semanas se ha redactado o comentado con un lenguaje inclusivo, evitando términos lesivos para la dignidad de las personas, como deficientes o inválidos, o aquellos que definen el deporte con calificativos, como adaptado o incluso para-deporte, lo que sitúa a las/os competidores en un estatus inferior en cualquiera de las modalidades en las que participan. Estas consideraciones se han de tener en cuenta siempre en cualquier campeonato o prueba en la que participen deportistas paralímpicos, en todos aquellos textos o documentos que se redacten.
-Las ceremonias de entrega de distinciones han de velar por la plena accesibilidad, lo cual se ha cumplido. Las/os ganadores han de acceder al podio sintiéndose reconocidos plenamente y, para esto, es fundamental:
- Que todas las premiadas/os, cualquiera que sea su discapacidad, acceda en tiempo y forma libremente (ya sea en silla de ruedas, con espacio para desplazarse con perro guía o acompañante, con poca inclinación o pendiente…); es decir, que el acceso al podio no cuente con ninguna barrera. Ninguna persona ha de recibir su premio fuera de este espacio por no poder acceder al mismo tanto por la pendiente (máximo 8%) como por el ancho mínimo (1’2 m.). Se ha de procurar siempre que su acceso y circulación sea lo más autónomo y seguro posible.
- Que los tiempos se adecúen al desplazamiento más o menos lento sin generar estrés a las/os premiadas/os. Esto se consigue, de ser necesario, amenizando el tiempo en el que se realiza el recorrido con música o con comentarios de los presentadores para que la persona que accede al escenario o podio no sienta la presión del silencio del público mientras se desplaza.
- Que los posados fotográficos se realicen con las mismas directrices: mostrando al deportista con su premio sin más elementos que distraigan la atención o la inclinen hacia la condescendencia.
- Que todos los deportistas, especialmente las/os premiadas/os, cuenten con toda la información acerca de la ceremonia de entrega. Han de saber quién les entrega los premios, qué van a recibir, por qué lado se acercan a ellos, cómo han de posar, etc.
- Que reciban el galardón sin problema. Un premio muy pesado o voluminoso podría dar lugar a situaciones incómodas. En este sentido, tanto las medallas como el peluche de la mascota, no han presentado problema alguno.
- Que el trato que les dispensen quienes entregan las medallas sea normalizado. Esto ha quedado patente cuando los entregantes han saludado con total naturalidad a personas amputadas de brazos, por ejemplo, buscando otras formas de expresar este gesto de cortesía.
- Que los himnos y banderas definan la ceremonia de la misma manera que en los Juegos Olímpicos.
- Si bien es cierto que en esta competición internacional los medallistas no suelen tomar la palabra en el podio, sino que lo suelen hacer en una sala de prensa que anexa en el mismo recinto de competición, si en cualquier otra competición que organicemos los ganadores tuvieran la opción de dirigir unas palabras de agradecimiento, habrá que tener especial cuidado con la disposición de micrófonos, adaptándonos a las circunstancias: micro con pie regulable en altura, dispositivo de diadema o de botón para quien no pueda sujetarlo, etc. Si además se contara con atril, habrá que cuidar el espacio de la bandeja para las notas en braille que pudieran llevar las personas ciegas (pues el papel impreso en este sistema suele ser de tamaño mayor que los documentos impresos en tinta A4) o, si la persona va en silla de ruedas, que tenga espacio para hablar junto a este o que el micro del atril se pueda bajar; y, por supuesto, lo que sería ideal, que la altura del propio atril se pudiera regular.
-Espectadores. La asistencia de público es algo importantísimo para las/os deportistas. Sentir el aliento es altamente motivador. Por ello, tampoco hay que olvidarlos, ya que entre los asistentes se pueden encontrar también personas con discapacidad y, por tanto, es preciso transmitir y hacer llegar toda la información y emoción para que puedan disfrutar de este momento. Para ello habrá que retransmitir con audio guías, con audio descripción, con intérpretes de lengua de signos o, por ejemplo, haciendo llegar los datos de la ceremonia a través de un código QR o con documentos en braille o con macrotipos (tipografía y tamaño de letra de entre 16 y 20 puntos).
Diego Pablo Simeone dijo en una ocasión que «si se cree y se trabaja, se puede». Y compartiendo ese espíritu, como responsables del protocolo y la organización de eventos, si se cree en la normalización, trabajando sobre la accesibilidad e interiorizando algunas prácticas, se pueden lograr eventos totalmente incluyentes para todas y todos.