SUSANA GUINDO ARIAS
Directora de ESSPEC
La MET Gala de 2022 nos volvió a sorprender un año más por su espectacularidad, el glamour de la alta costura y la extravagancia de muchos de sus invitados. Pese a ser considerada por muchos como la Super Bowl de la moda, esta gala es, para muchos, un evento desconocido o, al menos, no tan conocido como los Oscar o los Globos de Oro. Seguramente, porque la mayor parte del mismo se realiza a puerta cerrada. Sin embargo, y con el permiso de los grandes eventos del cine y la música, su alfombra roja es la más glamurosa del mundo.
Una gala con mucha historia
La MET Gala es un evento exclusivo que comienza su andadura en 1946. Desde 1995, la encargada de organizarlo es Anna Wintour, directora de Vogue América. Su sede es el Metropolitan Museum de Nueva York.
Como todo evento que se precie, tiene un objetivo. En el caso de MET, uno muy ligado al prestigioso museo. El Metropolitan Museum de Nueva York cuenta con un departamento dedicado a la historia del traje y de la moda. Este departamento no dispone de financiación estatal, sino que se financia íntegramente por medios propios.
Un exclusivo evento al alcance de muy pocos
Asistir a esta gala no es nada sencillo: cuesta una cantidad mínima de 30.000/35.000 $ en forma de donación al Museo. Y esto sólo por pasearse por la escalinata. Disfrutar de la cena, asciende a 200.000 $.
A pesar de las altas cifras que hay que desembolsar como donativo, el acceso a la compra de entradas no es libre. La lista de invitados la confecciona íntegramente Anna Wintour y está compuesta por profesionales de diferentes ámbitos: diseñadores, estilistas, fotógrafos, estrellas del cine, la música, la cultura o el deporte, políticos…
La alfombra roja y sus peculiaridades
MET es un evento de black tie (rigurosa etiqueta), como la mayoría de los grandes eventos. Según la etiqueta requerida, los hombres deberían ir con esmoquin y las mujeres con vestido de noche. Sin embargo, la propia industria de la moda se puede permitir saltarse las normas.
Mientras en eventos como los Oscar o los Globos de Oro buscan la elegancia, en la MET Gala los grandes diseñadores echan el resto. La etiqueta es tan estricta como libre. Es un evento en el que nadie se juega nada más allá de su reputación, lo que le convierte en una fiesta mucho más divertida donde las estrellas no compiten por ser la más elegante, sino la más extravagante, glamurosa y espectacular.
Este año, el dress code de los “Oscar de la Moda” fue “Gilded glamour and White Tie” (glamour dorado y corbata blanca), en referencia a la lujosa Edad Dorada estadounidense. A partir de aquí, cada uno interpretó las normas a su manera, jugar y divertirse con la moda. En realidad, esa es la gracia de esta celebración.
Desarrollo del evento
Tras pasear por la alfombra roja, los asistentes asisten a la inauguración de la temática anual del museo. Luego viene la cena privada amenizada por actuaciones musicales y entretenimiento.
Dentro de la fiesta, la política más estricta es que “no se permiten redes sociales”. Es la propia organización la que retransmite en directo desde la web de la revista Vogue y sus redes sociales.
Poco más sabemos de lo que ocurre dentro de la enigmática fiesta. Quizás algún día…