Volvemos una semana más con nuestra encuesta/sondeo que ha realizado la redacción de REVISTA PROTOCOLO a relevantes profesionales del protocolo y la organización de eventos acerca de sus previsiones para el sector en este incierto 2023. A todos ellos les hemos hecho las mismas cinco preguntas. JAVIER AGUADO ALONSO, coordinador de Protocolo y Eventos, Dirección de Comunicación e Imagen de la ONCE.
1ª. ¿Considera que la crisis que el COVID generó en el sector de los eventos ya estaba prácticamente superada?
La impresión generalizada es que sí, pero no hay que bajar la guardia e intentar, desde el sector, estar preparados para lo que pueda venir.
2ª. Tras el COVID, una guerra, impresionantes subidas en el recibo de la luz y, por tanto, una inflación desbocada. ¿Cómo está afectando ya esta situación a la industria de los eventos?
Está claro que 2023 va a ser un año complicado en todos los sentidos y, como no podía ser de otro modo, en nuestro sector de igual modo. Mi impresión personal es que va a depender de los recortes que hagan las empresas en sus inversiones de publicidad, marketing y relaciones públicas.
3ª. Dadas las circunstancias, ¿qué perspectivas tiene para el año 2023?
Pues hay que estar, por un lado, expectantes y, por otro, preparados y adaptarse a lo que marque el mercado. Mantener el desenfrenado despegue que ha habido en el 2022 va a ser, si acaso, difícil. Por otra parte, el sector, tras el varapalo de la pandemia, confío en que está más entrenado.
4ª. ¿Alguna propuesta que aportar ante esta situación?
Siempre se habla de reducir costes y eso implica menos empleo, menos inversión. Mi propuesta es reducir costes, sí, pero reducir los márgenes de ganancia de los de ‘arriba’. Hemos de conseguir el menor impacto posible para los que realmente nos sacan las castañas del fuego, es decir, técnicos, proveedores, diseñadores, becarios, etc. etc.
5ª. ¿Saldremos reforzados tras las agonías del COVID y de la guerra en Europa?
Más que reforzados yo diría que tenemos que aprender a enfrentarnos a estos varapalos sobrevenidos. Ser previsores. No mirar tanto el día el día. Antes de la pandemia no nos daba la vida para pensar. Ahora toca parar, pensar y prever.