MIGUEL MACEDA
Experto en protocolo deportivo
Los Juegos Olímpicos de Invierno están a punto de comenzar, una competición de que se celebrará en Pekín, con una ceremonia de apertura que se llevará a cabo este viernes días 4 de febrero en el Estadio Nacional, también conocido como el Nido de Pájaro por su arquitectura. Será la primera vez que las ceremonias de apertura y clausura de unos Juegos Olímpicos de Invierno se celebren en el mismo estadio, donde recientemente tuvieron lugar las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Verano.
En las últimas décadas es casi imposible que estos acontecimientos mundiales no estén marcados por polémicas relacionadas con cuestiones políticas internacionales, ya que son momentos mediáticos de enorme repercusión.
Estas polémicas han dado lugar a diversas formas de boicot por parte de varios países, y esta XXIV edición de invierno no escapará a ello. Por ello, se ha prometido un boicot institucional liderado por Estados Unidos y aparentemente confirmado por otras naciones como el Reino Unido, Australia y Canadá, que en la práctica se traduce en la no presencia de ninguna figura institucional de estos países en las ceremonias oficiales de apertura y clausura.
Estos boicots recuerdan a otros, como el del bloque occidental en 1980 en los Juegos Olímpicos de Moscú y la respuesta del bloque soviético en 1984 en los Juegos de Los Ángeles.
En otras palabras, los Juegos Olímpicos, que deberían ser un terreno en el que no entrara la política, pero fueron innumerables veces el escenario de esta misma política, como se refleja en las cuestiones de protocolo.
Hablar del protocolo olímpico es, por un lado, un interesante ejercicio de historia fáctica, desde los inicios de la era moderna de los Juegos en 1896 en Atenas, hasta la actualidad y los últimos Juegos Olímpicos de Tokio y, ahora, los de invierno de Pekín.
La base de todo esto aparece en la Carta Olímpica, el documento básico del Movimiento Olímpico, presentado por primera vez en 1894 por el Barón Pierre de Coubertin y donde podemos entender las normas que rigen la organización protocolaria de los Juegos Olímpicos.
Y al igual que el boicot institucional del que hablamos ahora, hay otras historias protocolarias que se han ido sucediendo. La bandera única de las Coreas que sólo se puede utilizar en la ceremonia de apertura de los últimos Juegos de Invierno y cuya imagen fue impugnada por Japón, las estrellas erróneas de la Bandera de China en la apertura de los Juegos de 2016 en Río y luego reeditadas en situaciones de presentaciones de medallas, el intercambio de banderas en los Juegos de Londres y la famosa historia de la bandera de la ciudad de Los Ángeles izada en la ceremonia de clausura de los juegos de Moscú en lugar de la Bandera de los Estados Unidos.