ALICIA SÁNCHEZ CAÑADAS
La pandemia mundial ha cambiado para siempre la forma que tenemos de relacionarnos, aunque no ha sido la primera vez que los hábitos de conducta han cambiado en cuanto al saludo. Durante siglos, los humanos han realizado gestos muy concretos para saludarse, tanto entre amigos como entre personas menos conocidas. En nuestra cultura latina, los besos, los apretones de manos y los abrazos son las formas más extendidas y también las más antiguas para saludarnos.
Existen varias teorías sobre el origen del apretón de manos tan extendido en nuestra cultura. Empezó siendo un gesto de paz ya que demostraba que no se sostenía ningún arma al mover las manos hacia arriba.
Estos gestos los podemos apreciar en cerámicas griegas y también en la cultura romana. Por ese motivo se estrechaba la mano derecha entre desconocidos y era considerado como una forma de saludo muy educada.
En épocas más cercanas los cuáqueros (una comunidad religiosa fundada en Inglaterra en el S.XVII), pero que se estableció en Estados Unidos en el S.XIX, estableció que estrechar la mano era la forma de saludo más democrática, ya que eliminaba jerarquías; y la adoptaron en contra de hacer reverencias o descubrirse la cabeza.
También el beso como saludo lo utilizaban los romanos, tenían tres tipos de beso:
El osculum (beso en la mejilla, se daba entre amigos), el basium (beso en los labios, en aquel tiempo destinado para los esposos) y el suavem (beso entre amantes).
El cristianismo incorporó este gesto y lo usó en ceremonias religiosas.
Hay que saber que estas formas de saludo a las qus hoy estamos acostumbrados, ya tuvieron en otras épocas sus “horas bajas”.
Durante la Edad Media se daba un beso como señal de fidelidad y para sellar acuerdos; aunque durante la epidemia de peste que asoló Europa en el siglo XIV, por ejemplo, en Francia se abandonó esta costumbre y no se recuperó hasta después de la Revolución Francesa (1789-1799).
Durante el siglo XX varios fueron los estudiosos que aportaron explicaciones sobre el beso y el apretón de manos como forma de saludo, en la que llegaban a decir que para llevarlos a cabo se debía confiar mucho en la otra persona como para compartir gérmenes.
En este último año y medio hemos vivido y observado varias formas de saludo diferentes.
De estrecharnos la mano, abrazarnos y besarnos hemos pasado a una prudencia total como consecuencia del covid19 y los protocolos sanitarios marcados por la OMS y los diferentes gobiernos.
Dicen que” una imagen vale más que mil palabras” y eso ocurrió cuando el ministro de interior alemán, Horst Seehofer, le negó el apretón de manos a Angela Merkel (principios marzo 2020).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un distanciamiento físico durante el confinamiento más que un distanciamiento social; ya que esta última expresión puede implicar una desconexión de los seres queridos. La epidemióloga de enfermedades infecciosas de esta organización: María Van Kerkhove dice: “Hemos estado diciendo distanciamiento físico porque es importante permanecer físicamente separados, pero socialmente conectados; las personas deben cuidar su salud mental y la de sus seres queridos durante la pandemia” y apostilló “no hay confinamiento de la risa, no hay confinamiento para hablar con la familia y encontrar formas de conectarse”.
Diferentes formas de saludo sin y con distanciamiento físico
Ciudadanos de todo el mundo fueron dejando la costumbre del apretón de manos, los abrazos y los besos para ir adaptándose a las nuevas modalidades de saludo:
-CHOQUE DE CODOS. Se empezaron a chocar los codos hasta que el director general de la OMS Dr. Tredos Adhanom dijo: “…para saludar a las personas es mejor evitar golpes en el codo, porque te sitúa a menos de un metro de distancia de la otra persona”.
–WUHAN SHAKE. Se denominó al saludo chocando los pies, el cual obviamente quedo también descartado.
-CHOQUE DE PUÑOS. Fue una sugerencia que se hizo a los jugadores de La Liga. Para saludar a los futbolistas del equipo contrario en lugar de con la mano abierta. Este tipo de saludo quedó descartado de inmediato.
Estas nuevas fórmulas no hacían más que confundir al ciudadano y además no eran seguras. Tredos Adhanom recomendó un saludo sin contacto.
-MANO EN EL CORAZÓN. Llevarse la mano al corazón es desde mi punto de vista bonito, elegante que simboliza sentimientos intensos, se asocia a la honestidad, a la sinceridad, a la lealtad. Un gran gesto de comunicación no verbal. En algunas religiones, por ejemplo, en el Islam, el corazón es considerado como el lugar donde se encuentra el alma, y por lo tanto más importante que el cerebro o la mente.
-NAMASTE. Al mismo tiempo que se pronuncia esta palabra, se juntan las palmas de las manos a la altura del pecho y se inclina la cabeza hacia la persona a la que estas saludando. Queriendo decir:” lo Divino dentro de mí se inclina ante lo mismo Divino dentro de Usted. Se considera señal de respeto y gratitud.
El saludo a lo largo de los años siempre viene acompañado de alguna palabra agradable y de una sonrisa; no hay que olvidar que en todos los casos cuando efectuamos este acto nuestra boca está cubierta por la mascarilla; esta no nos impide sonreír, pero sí que la sonrisa sea visible.
-SONREIR CON LOS OJOS. La mirada es muy importante en estos casos, y la sonrisa con los ojos es la más sincera que existe, ya que esta rara vez engañan. “Los ojos son el espejo del alma”. Esta mirada penetrante se centra en los gestos que se hacen con los ojos y las cejas.
Aquí nos damos cuenta de que el lenguaje corporal existe y nuestro cuerpo reacciona intuitivamente a estímulos difícilmente controlables para “engañar” a nuestro interlocutor.
He leído algunos artículos sobre cómo entrenar a tus ojos a “sonreír”, pero pienso que es difícil de aprender y entrenar este aspecto de la comunicación no verbal, puesto que nos sale de una forma espontánea y natural según sea nuestra personalidad.
Para finalizar, creo que como el protocolo no es un “corsé” y como ciencia de comunicación que es, va de la mano de los cambios sociales; se adaptará a las nuevas circunstancias y la costumbre será la que marque las pautas a seguir.