ARANTXA VICEDO
Responsable de Protocolo del Ayuntamiento de Elche
arantxavicedo.com
La inflación se ha convertido en una de las principales preocupaciones para la economía mundial. Una vez transcurridos dos años desde el inicio de la pandemia los precios de los alimentos, los servicios y la energía han alcanzado máximos históricos tanto en Europa como en EEUU. Este aumento generalizado de la vida que estamos sufriendo es consecuencia en gran parte por la demanda de los consumidores tras la pandemia y la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin que ha provocado que los precios del petróleo, que ya eran altos debido a la demanda contenida de los consumidores tras la crisis, se disparen, mientras que los salarios permanecen intactos.
Nos encontramos ante un escenario donde la alta inflación está afectando directamente al consumo de los hogares españoles tanto en los precios de los bienes como en los servicios que consumimos. Mantener la misma estructura de gasto que hace un año supone gastar 260 euros más al mes aproximadamente. Con una inflación del 7,3% en este mes de octubre, las sumas en ocasiones no dan, y para compensar este aumento hay que renunciar algunos gastos, y en esta reducción es donde la participación en un evento puede engrosar las lista de los imprescindibles.
La inflación aprieta nuestros presupuestos
Si a principios de año la saturación de trabajo, los cortos plazos en la ejecución de los proyectos y el aumento de la crisis climática era nuestra mayor preocupación como event manager, en los últimos meses el aumento continuado de la vida ahoga a nuestros proveedores, que ya no pueden mantener los precios y, en consecuencia, se están viendo obligados a aumentar los presupuestos.
Pero, como comentaba, la inflación impacta con virulencia en el consumo de nuestros invitados. Es cierto que casi todos los eventos en los que participamos son gratuitos. Por ejemplo, en el ámbito público donde actualmente desarrollo mi actividad profesional, nuestros invitados no pagan para poder asistir, pero ir a un evento en la mayoría de los casos sí que les produce gastos derivados como el transporte, el tener que dejar a los niños al cuidado de otra persona para poder acudir, las dietas, la comprar algo de ropa de nueva, etc.
Una inflación prolongada puede repercutir en la pérdida de invitados
El efecto directo de una inflación prolongada puede ser desfavorable para el sector, los costes que se le generan a un invitado cuando asiste a un evento, aunque sean mínimos, existen, una situación que como profesionales de los eventos debemos de planificar para darle solución en un corto plazo de tiempo con el fin de no vivir una fuga de invitados.
Se nos plantean dos nuevos retos al sector para prevenir este hecho. Por un lado, evitar que se produzca el temido efecto no show. Este anglicismo resume la acción de un invitado que confirma su asistencia y sin avisar previamente no se presenta en el evento. Y, por otro lado, plantear un porfolio de eventos versus acciones comunicativas menos diversificadas ahorrando costes para nuestro invitado, ya que su asistencia se reduce en un menor número de eventos; “lo bueno si es breve, dos veces bueno”.
En definitiva, y aunque el volumen de eventos se está manteniendo de modo constante, estos hechos como la inflación no pueden pasar desapercibidos, el corto plazo está asegurado, la navidad y el primer trimestre del año parece que no peligran, pero mucha cautela, planificación y estrategia, ya que se avecinan tiempos complicados.