PATRICIA FUENTE
Los Premios Princesa de Asturias volvieron de nuevo al Teatro Campoamor de Oviedo. Después de la edición del año 2020, que tuvo que celebrarse en el Hotel de la Reconquista de esta ciudad y para una cantidad de asistentes excesivamente baja (apenas unas decenas), el pasado viernes recuperaron su espacio habitual con mucha menos restricción: un 60% de aforo, o sea, para unas 1.400 personas. Estamos, sin duda, ante el regreso de una de las ceremonias más emotivas que vuelve con fuerza y gran renovación.
(En la foto, Patricia Fuente, de comentarista televisiva en las audiencias celebradas durante la mañana en el Hotel de la Reconquista)
Viernes por la mañana
Se celebraron las audiencias a los premiados en el Hotel de la Reconquista. Fue de nuevo un momento clave de encuentro entre los galardonados y la Familia Real. Una pequeña y rápida ceremonia en la que desfilaron y saludaron a la Familia Real. El Rey lo hacía con la mano en el corazón y la Princesa Leonor entregaba a cada premiado la insignia de la Fundación que en cada entrega le acercaba el ayudante de campo.
En el Salón Covadonga acompañaban el presidente de la Fundación, Luis Fernández-Vega, y los familiares de los premiados, que se colocaron en el lateral derecho del salón. En el lado izquierdo estaba el pool de prensa con todos los medios de comunicación acreditados. Al fondo de la sala se vio doble juego de banderas colocadas por el criterio olímpico, siendo la primera la bandera de España y el resto en orden alfabético. Doble juego de banderas para reforzar su carácter internacional.
En el exterior se concentró el ambiente popular de los ciudadanos que quisieron arropar en este momento. La Reina llegó al Reconquista y el coche que debía dejarla a la altura de la autoridad número 1 (colocación en sistema lineal) se pasó un poco de largo y la dejó más adelante. Esto supuso que al bajarse la Reina del coche la primera persona que saludó fue la que debería haber sido la última, saludando a toda la línea de saludo en formato inverso.
Acto en el Teatro Campoamor
Por la tarde, en el Teatro Campoamor de nuevo los Premios volvían a su enclave principal. Nuevas escenografías en el exterior, banderas en los balcones que bajaban de la azotea donde estaban otros años. Delante de la puerta principal, una alfombra que recorría el espacio exterior hasta el interior con el escudo de la fundación. Nueva escenografía institucional de la Fundación en su evento.
En el interior, también nueva escenografía: mesa presidencias más amplia, con unas sillas más sobrias y elegantes, refuerzo de los colores amarillos y azules para poner en valor las raíces de la asturianía. Un teatro al 60 % de su aforo con unas 1.400 personas en su interior. Nuevos materiales de seguridad en el teatro, materiales ignífugos y más accesibles, con una escalera de acceso a la presidencia más ancha y baja que facilitaba el acceso a los premiados.
Siento decir, que eché de en falta la presencia de las gaitas para interpretar el Himno de España al comienzo, aunque fue muy bonita la interpretación musical hecha, se perdió cierto sentimiento.
Teresa Perales dio una lección de vida en su discurso a todos, unas palabras cercanas y llenas de sentimientos. Estamos, sin duda, ante el regreso de una de las ceremonias más emotivas que vuelve con fuerza y gran renovación.
Podréis ampliar la información en el siguiente número de la Revista de Protocolo. No os lo perdáis.