¿Cómo calificas lo sucedido el pasado día 2 de mayo con motivo de los actos de celebración del Día de la Comunidad de Madrid? ¿Todos están exagerando acerca de lo ocurrido o te parece un tema realmente serio que daña la labor de los profesionales del protocolo?
Que el acceso de un ministro a una tribuna de un acto sea utilizado como arma arrojadiza con el protocolo como estandarte, fue muy desagradable. Sobre todo, pensando en ambos responsables de protocolo que les tocó ser protagonistas sin desearlo. Cuando el protocolo es la noticia principal de un acto, significa que se cometieron errores. El protocolo ni se rompe, ni se salta… ni muerde.
¿Crees que los servicios de Protocolo de la Comunidad de Madrid actuaroncorrectamente o debieron ser más flexibles ante la circunstancia de contar con un ministro del Gobierno de España que no estaba invitado al acto pero que, en el fondo, es un ministro?
Los distintos actos que se celebraron el día 2 de mayo con motivo del Día de la Comunidad de Madrid se prepararon con bastante tiempo de antelación bajo las indicaciones de la anfitriona, la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Sus responsables de Protocolo actuaron conforme a lo establecido en el diseño de la presidencia de la parada cívico-militar, celebrada en la Puerta del Sol.
Hubo tiempo de sobra para que se cursaran las invitaciones adecuadas y que los departamentos de protocolo pudieran consensuar la participación del ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Así ocurrió en la imposición de la Medalla de la Comunidad de Madrid y Condecoraciones de la Orden del Dos de Mayo, donde el ministro ocupó su puesto correspondiente en el interior de la Casa de Correos, a continuación de la ministra de Defensa.
Pero, al no disponer de la invitación correspondiente, el ministro Bolaños no debió intentar subir a la presidencia de la parada cívico-militar, al no estar invitado.
¿Pudo evitarse el incidente o, ante las circunstancias políticas conocidas por todos, el problema no tenía solución?
Como he indicado anteriormente, hubo tiempo de sobra para haber acordado la participación del ministro Bolaños. Todos los actos comunican y, en este caso, la anfitriona decidió que solo hubiera una ministra, imagino que para marcar claramente la presidencia del acto.
¿Cuál hubiese sido a tu juicio (teniendo siempre en cuenta las malas relaciones institucionales) la mejor solución?
En esta ocasión, se cursaron las invitaciones a la ministra de Defensa, Margarita Robles, y a la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, que excusó su asistencia. En la mayoría de las comunidades autónomas, en la celebración del Día de la Comunidad, se suele cursar invitación al presidente del Gobierno, que habitualmente delega la representación del Gobierno de la Nación en una ministra o un ministro. Pero, en esa ocasión no se invitó al presidente del Gobierno.
Por tanto, el ministro Bolaños no debió intentar subir a la presidencia, al no estar invitado y no disponer de la delegación del presidente del Gobierno.
¿Qué consecuencias crees que tiene este incidente para nuestra profesión? ¿Estamos indefensos ante nuestros jefes, ya sean políticos o empresariales? ¿Es bueno que haya pasado algo así para que la sociedad conozca la importancia de nuestro trabajo?
El desagradable acontecimiento se ha utilizado partidariamente para culpar a una y a otro. Pero estos responsables de protocolo actuaron conforme a las indicaciones de sus superiores.
El Real Decreto 2099/1983 ha estado presente en infinidad de crónicas, del que se han hecho interpretaciones sobre distintos artículos, pero nadie ha incidido en que el próximo cuatro de agosto cumplirá cuarenta años de su aprobación.
El protocolo existe, y seguirá existiendo, aunque mucha gente no lo vea, porque las diferencias siempre se pueden arreglar con educación, respeto y cortesía.