Las cenas de navidad de las empresas no solo han vuelto (¡por fin!) con más fuerza que nunca, sino que lo han hecho con nuevos formatos y originales programas. Había muchas ganas de volver a abrazarse y divertirse en estos tradicionales eventos, para lo que se implantan formatos que incluyen enfundarse en cuero y rock and roll, en espectáculos de magia con fotomatones 360 con atrezo navideño y un montón de formatos que representan alternativas nuevas. El presidente de AEVEA, Carlos Lorenzo, se muestra optimista ante esta situación, tal y como señaló a El País en un artículo que se hace eco de estos nuevos formatos de celebraciones de cenas navideñas. Por su interés, reproducimos a continuación este artículo del citado periódico que firma la periodista Susana Carrizosa y que publicó el pasado sábado 17 de diciembre.
Con los presupuestos algo más abultados tras dos años de pandemia, vuelven las fiestas corporativas de Navidad bajo el marchamo del reencuentro. Hay hambre de diversión y abrazos. Plantillas que se enfundan en cuero y rock and roll, bailan a ritmo de famosos cantantes o participan en espectáculos de magia. Las hay que se convierten en artistas por un día y las que desafían su ingenio en escape rooms. En muchas corren tatuajes, flash mobs [reuniones relámpago] y arrasa el fotomatón 360 con atrezo navideño. La foto se completa con oferta de cine y musicales, que incluyen buzón o paje real para las cartas con los encargos que empleados e hijos piden por Navidad.
“Se prevé un buen año de facturación. Las empresas necesitan recuperar el compromiso y orgullo de pertenencia de su gente, en especial los del talento nuevo”, asegura Carlos Lorenzo, presidente de la patronal Agencias de Eventos Españolas Asociadas (AEVEA). Lorenzo estima un crecimiento de un dígito sobre los 12.000 millones de euros que movía el negocio en 2019. Un sector para el que las fiestas navideñas corporativas “suponen cerca del 30% de los ingresos”. Y añade: “Si antes de la covid las empresas pedían eventos creativos y diferentes, ahora se busca que fomenten unidad y participación”.
En esta línea, Huawei ha previsto un espectáculo entre magia y humor interactivo que tendrá rifa de productos para que muchos de sus 800 empleados vuelvan a casa con regalo incluido.
Unión y encuentro son la clave de estas primeras fiestas navideñas tras la emergencia sanitaria. Por ello se han convertido en uno de los secretos mejor guardados para sorprender a sus plantillas. Aun así, hay quienes se han anticipado y ya brindan por Navidad. Es el caso de EY en Barcelona. Sus más de 1.000 empleados se han sumado al concierto del grupo Taburete, donde su presidente, Federico Linares, se arrancó a cantar el tema Penúltimo beso, además de Miedo, de M Clan. Para ver su mejor actuación habrá que esperar, sin embargo, al 5 de enero, cuando lo hará como rey Gaspar en la cabalgata de Cádiz. “Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente nos han pedido ayuda para que aportemos pajes que van a repartir regalos a 300 niños de los barrios de San Cristóbal (Madrid), el Raval (Barcelona) y las 3.000 Viviendas (Sevilla)”, apunta Linares.
Al igual que los pajes reales, los trabajadores de Amazon andan de cabeza estos días en los que apenas hay tiempo para respirar. En el centro logístico de Sevilla (180.000 metros cuadrados), que almacena todo lo que se distribuye en Andalucía y saca 450.000 productos diarios, ha arrancado (desde el pasado Black Friday y hasta el 5 de enero) la Temporada Pick. La compañía organiza para sus 1.900 empleados actividades rápidas y divertidas en sus descansos (gastronomía, mercadillos navideños, bingo y pasapalabra, tatuajes y regalos rasca y gana). Una acción para la que destina un presupuesto de hasta 45.000 euros. “Dado que el ritmo es frenético, se intenta que el empleado viva también dentro la Navidad y lleve regalos a casa”, sostiene Mayte Segrera, responsable de actividades corporativas de la compañía.
En este mismo sector, la empresa española Sending, que factura 72 millones de euros y en estas fechas supera los 200.000 envíos diarios, se sale “del circuito comidas y copas ante perfiles y horarios muy diversos”. Ha apostado por una macrocita cinéfila para sus 1.400 empleados. “Mantengo el recuerdo, de niño, cuando unos laboratorios (mi padre era médico) nos invitaban al cine el día de Navidad”, narra su presidente Juan Pablo Lázaro. Una opción “entrañable, que nos reúne y genera orgullo de marca”.
Una historia más movida es la que han tenido los 500 empleados de la compañía de renting ALD Automotive, que celebra además su 30º aniversario. La fiesta ha sido en el Wah de Ifema, en Madrid. Un espectáculo de rock en un gran espacio con disfraces, piercing, tatuajes y gastronomía internacional. “Las empresas se están volcando para hacer equipo con implicación total de la dirección”, apunta Marta Odériz, consejera delegada de Kubalu Events, empresa organizadora del evento junto al departamento de recursos humanos de ALD Automotive. Esta implicación puede verse en el flashmob en el que han participado 200 personas, grabado a ritmo del mítico Its My Life, “en el que, disfrazados y maquillados, lo han dado todo. Lo disfrutarán en el espectáculo, tras las acciones organizadas por ALD Automotive”.
Improvisados sumilleres
Una entrega que vivirán también los empleados de la sede corporativa de Vinci Energies, que factura 359 millones de euros. Su propuesta va de transformar a sus empleados en improvisados sumilleres. Tendrán que elaborar, por equipos, cinco cócteles cuyo sabor, olor y color deben ilustrar los valores de la empresa. Todo un desafío, ya que, listos los combinados, se servirán de aperitivo en la cena de Navidad.
A la celebración de fiestas corporativas se suman también las de los grupos que se organizan por departamentos y que optan por actividades como escape rooms o rodajes de películas con mensaje navideño. “Entre los juegos de escapismo, El último vikingo (20 euros por persona) se lleva estos días la palma. Un reto elegido, sobre todo, por mandos medios y directivos para competir, medir su ingenio y liderazgo”, señala Pepe Sánchez, propietario de Linked Minds Escape Room. Rodar una escena disfrazados de los personajes de Juego de tronos, La guerra de las galaxias o Misión imposible es otra alternativa utilizada para el cierre del año. “Hay mucha participación de los jefes porque necesitan volver a motivar, fidelizar e ilusionar a sus equipos”, concluye Alberto Ramos, cofundador de Kleem Eventos.