JUAN LUIS FUENTE
Oviedo. Año 1993. Importantes profesionales del mundo del protocolo mascaban la necesidad de hacer algo editorialmente relevante para ofrecer a una profesión que ya asomaba en aquel año uñas y dientes. Asturias, con sus Premios Príncipe de Asturias (ahora Princesa de Asturias), con sus estudios de Protocolo en la Universidad de Oviedo y con el Instituto de Estudios de Protocolo que había sido creado en esta ciudad, era el gran hervidero. Personalidades como Miguel Díaz-Pache, ex jede de Protocolo del Estado; Felio Vilarrubias, ex jefe de protocolo de la Fundación Princesa de Asturias (ambos ya fallecidos); Graciano García, entonces director de esta Fundación, y un joven Carlos Fuente, que era secretario de Relaciones Institucionales del Principado de Asturias, entre otros, le daban vueltas a muchas ideas innovadoras: un gran congreso, escuelas de protocolo de futuro y, por supuesto, la creación de una publicación de referencia para un sector que estaba ávido de conocimientos en esta disciplina.
No se perdió el tiempo y todo fue ponerse manos a la obra: en septiembre de 1995 se celebró en Oviedo el I Congreso Internacional de Protocolo, y en ese mismo mes veía la luz el primer número de la Revista Internacional de Protocolo. Aquella primera edición lucía en su portada una entrevista con el que era jefe de Protocolo de la Comisión Europea, Macello Burattini, quien ya daba este gran titular: “Hay que unificar el lenguaje protocolario en Europa”. Nada más y nada menos. Y también ofrecía toda la información acerca de este I Congreso. Ambos temas fueron dos de los 26 que publicó la Revista en su feliz alumbramiento.
Y vinieron los números 2 y 3 y 10 y 14… En el año 1999, nuestra publicación ya hacía un guiño importante al mundo digital, todavía no muy bien entendido en aquellos tiempos. Durante dos años, las ediciones salieron en CD–Rom, pero en junio de 2001 hubo que volver al papel. Era un clamor. No obstante, en su afán de abarcar nuevos horizontes, y aprovechando las infinitas bondades de la tecnología, la Revista puso en marcha en el año 2004 otra versión digital editando semanalmente una newsletter con otro tipo de noticias también sobre protocolo y eventos, pero tratadas con más inmediatez. Una newsletter con su página web que llegó a tener más de 20.000 suscripciones. ¿Newsletter? Entonces, todos le llamaban “boletín”, el famoso “boletín de la Revista”. Es justo decir que el dominio www.revistaprotocolo.com llegó a alcanzar un valor extraordinario, con cientos de miles de visitas y una espectacular audiencia.
Volviendo a la versión impresa, siguieron publicándose números hasta la edición 72 publicada en 2015, año en el que la Revista, digamos, se tomó “un descanso”. La brutal crisis del papel en los medios de comunicación fue lo que más influyó en aquella decisión. Pero mantuvo la versión digital llegando fielmente a sus lectores con su newsletter semanal (el famoso boletín).
Importantes premios
Un largo viaje en el que hubo de todo. Pero la constancia y el esfuerzo tuvieron su recompensa en muchas ocasiones, hasta el punto de que la Revista recibió varios reconocimientos de prestigio, entre ellos, el Premio Internacional de Protocolo en 2005 y el Premio OPC España en 2012. Muchos años de recorrido en los que tuvimos la oportunidad de informar de eventos tan relevantes como la boda de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín en 1997 (entonces extremadamente mediática), el funeral del Rey Hussein de Jordania (revista 13 publicada en el primer trimestre de 1999), la ceremonia de los Premios Nobel (en su gala de 2001), los importantes y numerosos eventos celebrado en España durante su presidencia de la Unión Europea en 2002, la visita del Papa Juan Pablo II a España en 2003, su fallecimiento y actos fúnebres en 2005, los desgraciadísimos actos celebrados con motivo de los atentados terroristas de Atocha en Madrid en 2004, la boda de los todavía príncipes D. Felipe y Dña. Letizia (también en el año 2004), la deslumbrante organización de las olimpiadas de China en el verano de 2008, el nacimiento del grado oficial universitario en Protocolo y Organización de Eventos (2010), la revolución y el boom de los eventos blogger (2013), hasta la última edición de aquella etapa, la número 72, que llevaba en portada otro tema de máxima relevancia: “Los mejores eventos de Europa” (Sevilla había acogido la novena edición de los European Best Events Awards, EUBEA, que otorgaba los que estaban considerados como los “Oscar” de los eventos). Todo ello, sin olvidarnos de los amplios dossieres informativos que se ofrecieron sobre todos y cada uno de los congresos internacionales de protocolo.
Hoy volvemos a reencontrarnos con los lectores con el objetivo de captar la atención de los jóvenes profesionales y estudiantes de protocolo y eventos también ávidos de una información severamente analizada. Ya sabemos que hoy en día todo está en Internet. Pero no tanto las profundas reflexiones y análisis en torno a cómo se organizan y se planifican los eventos.
Aquí estamos otra vez, en efecto, con nuevos formatos y también en papel para quien lo desee. Sí, la Revista estará a disposición de todos aquellos suscriptores en una moderna versión en PDF y también volverá una newsletter adaptada a los nuevos tiempos y a las nuevas exigencias del sector.
Una esperanzadora revolución
Estamos convencidos de que tras la pandemia vendrá una esperanzadora revolución llena de cosas buenas en todos los ámbitos. Y en el sector de los eventos especialmente. En este sentido, asumimos como nuestras las palabras pronunciadas por el presidente de esta Revista, Carlos Fuente, en el acto de presentación del Congreso Internacional de Protocolo y Eventos que se celebrará en Santiago de Compostela en noviembre de este año. Porque nuestra Revista también planteará nuevos debates de máximo interés para el conjunto de la sociedad actual. Por ejemplo, nos haremos eco de lo que esta pandemia “ha traído para quedarse, el uso actualizado de las tecnologías, la búsqueda de un lenguaje comunicacional igualitario en todo el mundo, el uso o abuso del protocolo de Estado en eventos de partidos políticos, las medidas que deben adoptarse para contribuir a la disminución de la brecha de género o el correcto uso del lenguaje audiovisual”.
La sociedad ha cambiado mucho y por ello nos centraremos de manera especial en publicar medidas que contribuyan a la accesibilidad, sostenibilidad, responsabilidad social y a la seguridad general en los eventos. REVISTA PROTOCOLO también valorará, según dice Carlos Fuente, “cómo se guionizarán los actos para facilitar la comprensión de los mensajes hacia los públicos, cómo se deben plantear los eventos en un mundo donde las redes sociales pueden ser aliadas en un fin positivo y cómo han cambiado las relaciones diplomáticas e internacionales”. Y, por supuesto, también describiremos el necesario equilibrio entre actos presenciales y telemáticos, además de tratar de generar interés por los nuevos públicos, “como pueden ser los jóvenes, llamados a defender esta convivencia en el futuro”.
Remover conciencias
Es curioso que el primer número de nuestra Revista en 1995 haya salido a la sombra del I Congreso Internacional de Protocolo de Oviedo, y que ahora volvamos casi coincidiendo con lo que será el gran Congreso Internacional de Protocolo y Eventos que se celebrará en Santiago de Compostela. Encuentro que organiza, por cierto, el Observatorio de Profesionales de Protocolo y Eventos (OPPE), ese gran nuevo movimiento surgido en marzo de 2020 como consecuencia del inicio de la pandemia y que ha removido espíritus y conciencias y renovado energías, erigiéndose en uno de los grandes motores de los nuevos cambios que se avecinan.
Más que una coincidencia en el tiempo, estamos ante la necesidad de que la historia se repitiera adaptada a la sociedad actual con una realidad absolutamente esperanzadora de la que REVISTA PROTOCOLO quiere hacerse eco en todas y cada una de sus páginas.