Por JUAN LUIS FUENTE
Hace falta muy poco para darse cuenta de que estamos ante un hombre apasionado, leal y disfrutón, tanto en su trabajo como en su vida privada. Una de esas personas tan generosas que hasta se plantea muy en serio dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontró. Es Alejandro Merino (Madrid, enero de 1983), director de Relaciones Externas del Consejo Superior de Deportes (que implica ser su jefe de Protocolo), un hombre muy madrileño (de los de chotis y gallinejas) al que le marcó mucho haber estudiado en un colegio de FUHEM, el Montserrat, o ser ‘scout’ desde los 7 años y haber hecho a los 17 la Ruta Quetzal. Le encanta cocinar y le apasiona el arte, sobre todo, la música. Hacemos con él un amplio repaso a muchas cuestiones relacionadas con trabajo. Afirma que el deporte tiene tanta trascendencia social “que cualquier cuestión relacionada con su protocolo se convierte rápidamente en noticia”
Llevas más de una década aportando experiencia en gestión de eventos, relaciones públicas, protocolo y comunicación. ¿Experto en las cuatro disciplinas, aunque sean tan afines?
Con los años he desarrollado cierto oficio en estos ámbitos, pero sigo aprendiendo en todos ellos. Empecé más focalizado en las relaciones institucionales y la comunicación y con el tiempo me he especializado más en protocolo. Humildemente, no sé si soy un experto. Intento hacer mi trabajo lo mejor que puedo, pero esta profesión tiene grandes personas a quienes sí podemos considerar expertos.
¿Por qué motivo decidiste en su momento (y cuándo) dedicarte al protocolo?
En trabajos anteriores ya tenía competencias en protocolo y eventos, pero fue al llegar al CSD cuando esta puerta se me abre por completo como director de Relaciones Externas, que conlleva ser el jefe de protocolo. Esta circunstancia –y otras–, además de lo mucho que disfruto el protocolo, me hicieron encaminarme definitivamente por esta senda. Además, es una apuesta profesional consciente; creo que tiene un gran futuro.
¿Cuándo y cómo inicias tu carrera laboral en el Consejo Superior de Deportes (CSD) como responsable del área de Protocolo?
Llegué a comienzos de 2020 de la mano de un equipo estupendo, con algunos de cuyos componentes ya había trabajado en el Ministerio de Asuntos Exteriores. ¡Y al mes nos confinaron! Tuvimos el honor de que la primera actividad que hicieron SSMM cuando Madrid estrenó la fase 2 de la desescalada fuera visitar el CSD, así que podemos decir que fue una llegada algo inusual. En este punto me gustaría hacer un reconocimiento a los magníficos profesionales que han ocupado este puesto antes que yo. Quique Ramón, Alfonso Jiménez y Juan Ángel Gato. Soy legatario de lo mucho y bueno que hicieron.
Es fácil imaginar que tu trabajo en el CSD es inmenso y muy duro. Los eventos deportivos suelen ser en fin de semana. ¿Te obliga tu trabajo a estar al pie del cañón los sábados y domingos? (eso sin contar los viajes al extranjero con las selecciones nacionales…).
Trabajo con un secretario de Estado que entiende este trabajo y con un jefe de gabinete que es un gran profesional y una buena persona, y en el equipo tenemos algunas personas con las que es un gustazo trabajar. Es cierto que la mayoría de los eventos deportivos son en fin de semana, las grandes competiciones en verano –Juegos, Euro…–, así que quienes más lo sufren son mi familia y amigos. Pero creo que no tengo derecho a quejarme. Soy un privilegiado. Estamos siempre disponibles por si el presidente del CSD, la ministra o incluso el presidente del Gobierno o la Casa Real necesitan algo. Por ejemplo, el expediente de la Gran Cruz del Mérito Deportivo a Rafa Nadal lo preparamos durante un 12 de octubre. Pero es un privilegio poder hacerlo. Aunque la realidad es que cualquier compañero que se dedique al protocolo o los eventos estará seguramente en una situación similar.
Aunque resulte un poco obvio, ¿nos puedes contar cuáles son tus principales responsabilidades en el CSD?
Me encargo de organizar todos los actos que se desarrollan en el CSD, desde los grandes eventos a los más pequeños o puntuales. También coordino la asistencia del presidente del CSD a los diversos actos en los que participa ¡que son muchos! y en general doy apoyo al resto de unidades del CSD y a las federaciones que lo solicitan. Y me encargo de las relaciones institucionales del CSD con la Casa Real y con Presidencia del Gobierno. Además, soy el secretario de la Real Orden del Mérito Deportivo y de los Premios Nacionales del Deporte.
También sabes mucho sobre establecimiento de KPIs y evaluación de consecución de objetivos, interlocución con partners, stakeholders y administraciones y de generación de alianzas estratégicas.
He sido Scout muchos años de mi vida, y una de las principales cosas que aprendí en ese fantástico movimiento es a evaluar. La evaluación es fundamental, y en ocasiones no lo hacemos con la metodología adecuada. Hay que fijar los objetivos y establecer cómo se va a medir su grado de cumplimiento. Criterios objetivos e indicadores de evaluación. Por otro lado, el establecimiento de relaciones y alianzas forma parte intrínseca de nuestro trabajo. Siempre digo a mi equipo que hay que conocer a todo el mundo, hablar con todo el mundo y ayudar a todo el mundo. Esto en el futuro nunca va a ser perjudicial. Al contrario.
“En la Eurocopa tuve una actividad protocolaria frenética en un contexto bastante complejo. Con organismos como UEFA el trabajo supone un reto extra, ya que no hay un único marco aplicable, pero la relación ha sido fluida y correcta”
Hace tres meses la selección española de fútbol se proclamaba campeona de Europa. ¿Qué supuso laboralmente para ti este Campeonato Europeo? ¿Frenética actividad protocolaria?
La Eurocopa ha demostrado de nuevo que nuestro fútbol es el mejor del mundo. Nuestra selección ha contado con el apoyo presencial del Rey, del presidente del Gobierno y, por supuesto, de la ministra de Deportes y del presidente del CSD. Con organismos como UEFA el trabajo supone un reto extra, ya que no hay un único marco aplicable, pero la relación ha sido fluida y correcta, pese a lo que en alguna ocasión han intentado reflejar interesadamente algunos medios. Nuestro trabajo supone negociación, conversación, intercambio, cesiones y diálogo. Y eso, en lugar de ser algo negativo, es reflejo de la capacidad de llegar a acuerdos. Pero, por ser concreto, sí. Frenética actividad protocolaria en un contexto bastante complejo.
También acaban de celebrarse los Juegos Olímpicos de París. ¿Qué te parecieron las ceremonias de inauguración y de clausura y la organización de los JJOO en general? ¿Tan impresionantes como se habían anunciado en su momento?
No hay duda de que han querido innovar con la inauguración y el desfile por el Sena en lugar de en un estadio, y creo que han tenido algunas cuestiones brillantes… y otras cosas que seguramente esperaban que fueran más memorables de lo que han sido. Me quedo con las partes positivas, como las actuaciones musicales, los relevos finales de la antorcha, la originalidad del pebetero o la grandeza de hacer una inauguración a los pies de la Torre Eiffel. Y de la clausura, la construcción de los Aros Olímpicos o la puesta en escena de Tom Cruise. Fueron emocionantes. Creo que ha habido un problema de expectativas. Se había generado una expectación excesiva. Sin embargo, la ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos fue realmente fabulosa.
Hablando de una manera más genérica: ¿qué importancia crees que se le da desde afuera a la actividad que desarrolláis los expertos en protocolo deportivo? ¿Cuánto se toman en serio tú trabajo las principales autoridades políticas, económicas y sociales de tu entorno profesional?
Como el deporte tiene tanta trascendencia social, cualquier cuestión relacionada con el protocolo deportivo se convierte rápida –e interesadamente– en noticia. Ha habido partidos de fútbol en los que se ha hablado más sobre el palco que sobre el resultado. En todo caso, las autoridades –desde luego en mi caso el presidente del CSD y la ministra–, así como otros actores relevantes, son conscientes de que nuestro trabajo consiste en hacer que todo fluya adecuadamente y, por eso, lo respetan y valoran cada día más.
¿Y desde adentro, o sea, tus otros colegas de profesión en otros campos del protocolo?
La verdad es que todos lo respetan muchísimo y valoran el ‘encaje de bolillos’ permanente que tenemos que realizar. Creo que son conscientes de la complejidad que tiene nuestro trabajo y siempre me he encontrado con el máximo respeto y cariño de los compañeros y compañeras. También hay cierta curiosidad por las cuestiones más anecdóticas o por las polémicas que hayan aparecido en los medios.
¿Qué es lo que más duro te resulta a la hora de desarrollar tu trabajo en el Consejo Superior de Deportes?
Quizá lo más duro sea la falta de medios. La gente desconoce lo precarios que son los medios en la administración pública. La falta de medios y determinadas burocracias. Para un oficio dinámico y que necesariamente debe adaptarse casi al minuto, como el nuestro, la burocracia lo hace muy complicado también.
“Falta formación específica en protocolo deportivo. Pero estoy convencido de que es una de las áreas de nuestra profesión que mayor proyección tiene, y eso hará que haya mayor oferta formativa y más especialistas en este campo”
Si la gran mayoría de los eventos que se celebran en España y en el mundo son de carácter deportivo, ¿no debería haber muchos más expertos en esta materia? Sin embargo, esto no es así…
Cada vez somos más las personas especializadas en protocolo deportivo, pero creo que hay un gran camino aún por recorrer, sobre todo, en el ámbito de la formación. Falta formación específica en protocolo deportivo. Pero como estoy convencido de que es una de las áreas de nuestra profesión que tiene mayor proyección, creo que cada vez habrá más demanda por parte de las federaciones y de los organizadores de eventos, y eso hará que haya mayor oferta formativa y más especialistas en protocolo deportivo.
¿Crees que tienes una personalidad propia como experto en protocolo a la hora de desarrollar tu trabajo?
Eso podrán decirlo mejor quienes me acompañan día a día. Lo que sí intento, creo que como la gran mayoría de nuestro gremio, es no convertirme nunca en protagonista. A veces veo a gente que cuando presenta un acto u organiza, trata de ser protagonista, y creo que es un error que yo trato de no cometer. Aparte de esta cuestión, sigo manteniendo ese puntito de tensión y nervios antes de cada acto, independientemente del tipo o tamaño que tenga.
“¿Lo más relevante que de verdad he podido aportar en mi profesión para la sociedad y para el mundo? Sin duda, todo lo hecho en favor del Comité Paralímpico y de la visibilidad y repercusión del deporte practicado por personas con discapacidad”
De tú trabajo, ¿qué fue lo más relevante que has hecho hasta el momento o lo que más te ha aportado?
Quizá lo más llamativo sean los eventos de la Real Orden del Mérito Deportivo o los Premios Nacionales del Deporte. Pero lo más relevante, relevante de verdad, para la sociedad y para el mundo, es todo lo relativo a lo que he podido aportar al Comité Paralímpico y a la visibilidad y repercusión del deporte practicado por personas con discapacidad. He tenido la suerte de poder conocer personas magníficas en el deporte paralímpico. Deportistas, pero también sus trabajadores y su presidente… y tener la sensación de que mi labor tenía una traducción real en la mejora de la vida de esas personas es de las mejores recompensas que he encontrado en mi trabajo.
¿El protocolo deportivo tiene el reconocimiento que se merece?
Creo que al protocolo en general, en todos los ámbitos, le falta aún algo de reconocimiento. Y en concreto al protocolo deportivo lo que le falta es un poco más de recorrido, pero vamos por el buen camino. Yo prefiero pensar que lo que tiene es un grandísimo potencial que se va dejando ver cada día más.
¿Qué opinas del asociacionismo en España? ¿Necesitamos un colegio profesional? ¿Existe algún colectivo expreso para los expertos en protocolo deportivo?
El asociacionismo profesional es fundamental. Ahí están la AEP o el OPPE, de los que formo parte, haciendo una gran labor. Y también la EMA, AEVEA… Animo a todo el mundo en esta profesión a que se asocie. Estar unidos es condición de necesidad para lograr el reconocimiento que merece el mundo del protocolo y los eventos. Respecto al Colegio Profesional, he escuchado a mucha gente a la que respeto indicar que ése debe ser el camino, y no me parece mal. Pero lo importante ahora mismo es trabajar en las asociaciones, en la AEP y en las autonómicas, para lograr avances profesionales.
“Hay que luchar por que la formación reglada en protocolo suponga un plus en la valoración y para las instituciones contemplen siempre a nivel directivo la Dirección de Protocolo en sus plantillas. Que no sea un puesto menor, sino estratégico”
En general, ¿cómo ves la profesión en España? ¿Estás de acuerdo con que se exija una titulación oficial en protocolo para ocupar puestos de trabajo públicos en esta especialidad?
Es algo que acabará dándose con el tiempo, como se da en otros puestos. De momento creo que hay que luchar por que la formación reglada en protocolo suponga un plus en la valoración. Y también porque las instituciones contemplen siempre a nivel directivo la Dirección de Protocolo en sus plantillas. Que no sea un puesto menor, sino estratégico.La profesión en España va muy bien. No hay más que ver cómo crece todo lo relacionado con el protocolo, la formación, las especializaciones, las publicaciones, las empresas… y creo que es gracias a la enorme colaboración que se da en el sector. No nos consideramos rivales, sino compañeros. Eso hace este oficio tan grande.
“Sobre el Real Decreto 2099/1983, creo que prácticamente ya no está vigente. Hay sentencias que lo han modificado y responde a una realidad que ya no existe. Se debería hacer un documento nuevo que fuese más útil para el contexto actual”
Por último, una cuestión recurrente en nuestra profesión que tiene que ver con el Real Decreto 2099/1983 de precedencias y la necesidad de actualizarlo o reformarlo. ¿Qué opinas al respecto?
Creo que, de hecho, prácticamente ya no está vigente. Hay sentencias que lo han modificado y responde a una realidad que ya no existe. Además, se han publicado decretos en las CCAA, normativas de instituciones… ha quedado como un documento cuasi orientativo y que apenas se aplica, en realidad, el día de la Fiesta Nacional. Creo que se debería hacer un documento nuevo que fuese más útil para el contexto actual, la verdad.